Si eres de los que odia la inflación (o sea, todos), te tenemos una buena: el tequila está bajando de precio.
Pero ojo, lo que para tu garganta es fiesta, para la industria es una resaca de pronóstico reservado. Es una masterclass de oferta y demanda.
Hace unos años, todo el mundo (tu dentista, tu arquitecto, tu tío) pensó que el "oro verde" era dinero fácil.
Según el Consejo Regulador del Tequila, de 2017 a la fecha, los productores de agave pasaron de 6,000 a 43,000. Leíste bien: se multiplicaron por siete. Hubo años donde se sumaban 10,000 nuevos aventureros a sembrar.
El golpe de realidad: Pasó lo obvio: sobra agave y falta sed.
Agave regalado: El kilo, que en 2021 costaba 30 pesos, hoy se remata entre 2 y 5 pesos.
Botellas baratas: El precio al consumidor cayó 7.9%, según El Financiero.
El gringo ya no brinda: Aunque aquí en México aguantamos, las ventas de José Cuervo en EE. UU. y Canadá se desplomaron 12.2%.
¿Por qué importa?
Es una lección de economía básica: sobreoferta.
Las grandes tequileras (como Cuervo y Sauza) están en una guerra de precios para sacar el inventario. Para ti consumidor suena bien, pero para el campo mexicano es una crisis que durará al menos 18 meses.
No me queda de otra que aprovechar las ofertas. Pocas veces la mano invisible del mercado es la que dispara los tragos.
Lo hago por ti, industria, no por mí. ¡Salud!


