La buena noticia: China suspendió por un año algunas prohibiciones que estaban rudas para EE.UU., como:

  • Restricciones a exportaciones de tierras raras

  • Controles duros sobre minerales pesados y baterías de litio

  • Arancel adicional del 24% sobre importaciones de EE.UU.

  • Otro 15% sobre pollo, trigo, maíz y algodón de EE.UU.

Ah, caray, ¿ya son amigos?

No de piquete de ombligo, pero definitivamente sirvió aquel encuentro del que estuvimos platicando entre Trump y Xi Jinping.

Y los efectos se sienten hasta acá: China también levantó la prohibición sobre los chips automotrices de Nexperia, los mismos por los que Honda frenó su producción de autos en México.

¿Te acuerdas?

Repaso rápido: a finales de octubre, Honda paró operaciones en Celaya, Guanajuato, por falta de semiconductores de Nexperia. Mercedes-Benz y Nissan ya habían dicho que no les iban a alcanzar para mucho las reservas de chips que tenían.

Y el mercado lo sintió:

  • Volkswagen: subió hasta 2.7% en Fráncfort

  • BMW: incremento de 2.5%

  • Mercedes-Benz: también registró alzas

¿Por qué importa?

La manufactura automotriz mexicana depende de estas cadenas de suministro globales. Cuando China cierra la llave de chips, plantas en México paran.

Ahora que reabre, la producción puede normalizarse.

Cuando las dos economías más grandes del mundo se llevan bien, el comercio internacional fluye bien y bonito.

Nada mal para iniciar la semana, eh.

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