La bomba del año trae giro de tuerca digno de Game of Thrones.
Netflix puso 83,000 millones de dólares sobre la mesa por Warner. Y dijeron que sí.
Pero no tan rápido, Potter. Hay letras chiquitas antes de llegar a Hogwarts:
El obstáculo es la Casa Blanca: Es una adquisición tan monstruosa que Donald Trump tiene que dar la bendición. Se puso Succession la cosa.
Ojo: Trump es amigo cercano de David Ellison (CEO de Paramount, el perdedor de esta subasta). Y ya tiene historial de bloquear fusiones de medios (recuerda AT&T y Time Warner).
Más sal a la herida: Se dice que el Departamento de Justicia ya anda viendo cómo el movimiento consolidaría a Netflix como un titán.
¿Por qué? Netflix + HBO Max = 30% del mercado de streaming en EE.UU. Ese es el umbral oficial de fusión "potencialmente ilegal”.
En pocas palabras: Netflix no solo compró estudios, compró una guerra política en Washington.
¿Lo raro? Netflix tiene una seguridad digna de la Liga de la Justicia.
Así que acordó pagar una multa de 5,800 millones de dólares si los reguladores tiran el negocio. Es el 8% del trato. Es una locura; lo normal es el 3%.
Y consiguió 59,000 millones de dólares en préstamos (Wells Fargo, BNP, HSBC). Uno de los préstamos más grandes de la historia. Ni Batman tiene ese dinero.
Breve recordatorio: Netflix se quedaría con Batman, Superman, Harry Potter, El Señor de los Anillos y el olimpo de las series de HBO. Una barbaridad.
¿Por qué importa?
Porque se está creando el titán definitivo del entretenimiento.
Para tu bolsillo, esto podría significar menos opciones y precios más altos.
Para Netflix, es un todo o nada: hipotecaron la casa para comprar el legado de Hollywood. Muy Disney de su parte.
Si antes preguntabas "¿Está en Netflix?", ahora la respuesta por default será "Sí". Básicamente, compraron nuestra infancia y nuestros domingos por la noche.
