Banco de México recortó el jueves la tasa de interés en 25 puntos base, de 7.25% a 7%.
¿Qué quiere decir eso?
Créditos hipotecarios se abaratan (si tienes tasa variable)
Tarjetas de crédito bajan intereses (eventualmente)
CETES y pagarés pagan menos rendimiento. Lo de rendimientos a doble dígito ya es historia.
La gran paradoja: ¿Por qué bajan la tasa si la inflación sube?
Porque la economía está muy débil. Banxico recortó su pronóstico de crecimiento para 2025 a apenas 0.3%. Prácticamente estancamiento.
En Banxico tuvieron que elegir su veneno: Dejar que la inflación suba un poco, pero motivar la inversión. O parar la inflación en seco, pero arriesgarse a una recesión.
Eligieron lo primerito.
¿Perdido? Tranqui. Ahí te va el datazo para entender la jugada:
Cuando la tasa es alta, el dinero es caro. Nadie pide créditos, la gente deja de gastar y las tiendas tienen que bajar precios. Eso mata la inflación, pero congela la economía.
Y hoy México no está para congelarse.
En cambio, bajar la tasa hace el dinero barato para que tú y yo sigamos gastando y la economía se mueva. El precio a pagar: aceptar que la inflación y tu súper sigan subiendo de precio un rato más, con tal de que el país no deje de crecer.
¿Qué sigue?
Un parón.
Banco de México dijo que evaluará futuros recortes. Traducción: chance la próxima nos quedamos igual.
¿Por qué?
Porque enero se viene con tres bombas inflacionarias: impuestos nuevos como el IEPS, aranceles a productos chinos y salario mínimo sube.
Los tres factores tienen todo para impulsar precios pa arriba.
¿Viste? Entender la tasa es maravilloso. Es como tener una bola de cristal financiera. Úsala sabiamente, porque con ese 7% y la inflación de enero, la cuesta de este año no va a ser cuesta... va a ser alpinismo extremo.


