Comprar un chip de 50 pesos en el Oxxo era el deporte nacional de la urgencia.

Pero esa fiesta tiene los días contados.

1. El inicio (9 de enero): Ese día entran en vigor las reglas. Se acaba la compra anónima; para activar cualquier línea nueva, tendrás que dar tu CURP e identificación. O RFC si eres empresa.

2. El ultimátum (finales de junio): Aquí está el verdadero peligro para quienes ya tienen línea. Si para ese día no vinculaste tu línea a tu identidad, tu servicio será suspendido. Tu teléfono se convertirá en un ladrillo que solo sirve para llamar al 911.

Puedes ver las nuevas reglas en el Diario Oficial de la Federación acá.

¿Te suena familiar? Es porque vamos en el tercer intento. México ya fracasó con el RENAUT (Calderón, 2009) y el PANAUT (AMLO, 2021).

¿La diferencia esta vez?

No se creará base de datos centralizada. Tu INE y tu CURP se quedarán en servidores de las telefónicas (Telcel, AT&T), quienes serán responsables legales de custodiar esa mina de oro de datos.

El dolor de cabeza operativo:

Hay un problema del que poco se habla. El modelo de las operadoras virtuales (como Bait de Walmart) depende de vender chips rápido en la caja. La bronca es que ahora tendrán que validar identidad en tiempo real. Si el sistema es lento, las ventas se caen.

Fricción mata conversión.

¿Por qué importa?

Para tu privacidad:

Tu operador telefónico no solo sabe a quién llamas, sino que tiene la llave legal de tu identidad. Tendrán que blindarse contra hackeos como nunca antes. O nos va a ir mal a todos.

Para tu cartera:

Implementar esto costará 220 millones de dólares. Hay temor de que esto se traslade a usuario final, ya sea subiendo el precio del chip o de las recargas.

La duda:

La medida busca frenar extorsión telefónica y otros delitos.

¿Será que la tercera es la vencida?

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